9 de septiembre del 2014/ maloneadmin/ Cartas al editor/ No hay comentarios

Para aquellos que como nosotros se preocupan de este asunto- que se preocupan por terminar con el asalto sexual y con el sufrimiento que causa- puede ser doloroso, cansado y desalentador el mantenerse al día con las noticias. Vemos interminables historias de casos mal llevados y sobrevivientes maltratados. Hay una cantidad sin precedentes de atención de los medios a la violencia sexual: La fuerza especial de la casa blanca en asalto sexual en campus, una cultura de violación, se muestra en la revista Time, y los muchos casos individuales en las preparatorias, universidad y equipos deportivos.

Cada vez más los sobrevivientes individuales escogen compartir sus historias en línea a través de hashtags como #yesallwomen y campañas como el Proyecto irrompible. Cada vez que comparto otra historia de un sobreviviente en las redes sociales, me siento simultáneamente inspirada por e valor de todos los sobrevivientes y devastada de que otra persona haya sido convertida en mártir para la causa. Aunque es verdad que cada sobreviviente tiene su propio camino hacia la curación y para algunos es significativo y poderoso transformar su experiencia en un faro para otros sobrevivientes que pensaron que estaban solos; también es verdad que todos los sobrevivientes cuya historia se hace publica se vuelven el blanco de culpa de la víctima, el ridículo y odio en general. Este patrón se ejemplifica recientemente y descaradamente con un hashtag burlándose de Jada después de que un vídeo de su violación circulo por el internet. ¿Cuántos sobrevivientes han sido expuestos o se han expuesto a palabras duras de los que disculpan la violación? ¿Cuántos sobrevivientes más serán bombardeados por personas que creen que en un mundo justo la gente obtiene lo que se merece, en lugar de la realidad de que nadie merece ser asaltado sexualmente y aún así hay personas que todavía cometen asaltos sexuales? ¿Cuando es que los no sobrevivientes estarán listos para escuchar lo que los sobrevivientes tienen que decir?

En verdad, nuestra cultura no esta cambiando tan drásticamente o tan rápidamente hacia una cultura que apoye a los sobrevivientes y a una en la que la violencia sexual sea rara (¿No exista!) inaceptable de forma universal y tomada tan en serio como me gustaría, pero sí veo algunos cambios. Como la coordinadora de educación para la prevención en MESA soy lo suficientemente afortunada de dedicar mis días de trabajo (y a veces noches) a varios esfuerzos para prevenir la violencia sexual. Uno de estos proyectos esta brindando clases de 6 a 8 sesiones tanto en relaciones saludables como en consentimiento sexual a estudiantes de preparatoria en el distrito escolar de Boulder Valley. Cuando acepte este puesto, temía que el trabajo fuera difícil- y mis amigos y conocidos reforzaron este miedo. Esperaba mucha resistencia después de discutir la importancia del consentimiento y de nombrar los aspectos de nuestra cultura que condonan la violencia sexual a las mentes jóvenes. Pero para mi sorpresa (y alegría) he encontrado de forma consistente que los estudiantes en Boulder son más que receptivos para hablar de la violencia sexual y de cómo prevenirla a través de acciones individuales (siempre asegurándose que los iniciadores tengan consentimiento) y cambio cultural (cambiar a cultura de la violación). Los estudiantes en los salones de clase que visito están listos para romper el silencio del asalto sexual. Incluso si aún hay personas crueles e ignorantes que comentan en los blog posts, los jóvenes están escuchando.